España, bajo la dictadura de Francisco Franco, se mantuvo neutral durante la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, esta neutralidad fue ambigua y evolucionó a una posición de no beligerancia en 1940.
Política Exterior: La relación de Franco con las potencias del Eje, especialmente con la Alemania nazi y la Italia fascista, fue compleja. Aunque ideológicamente afín, Franco se mantuvo cauteloso, intentando evitar la entrada directa de España en la guerra, debido al devastado estado del país tras la Guerra Civil Española.
División Azul: A pesar de la neutralidad oficial, España permitió la formación de la "División Azul," una unidad de voluntarios españoles que luchó en el Frente Oriental junto al ejército alemán contra la Unión Soviética.
Ayuda a los Aliados: Hacia el final de la guerra, y a medida que la balanza se inclinaba a favor de los Aliados, Franco comenzó a distanciarse del Eje y a facilitar cierta ayuda a los Aliados, incluyendo el suministro de wolframio (un mineral estratégico) a precios elevados y la ayuda encubierta a refugiados.
Consecuencias: La neutralidad de España no impidió que el país sufriera las consecuencias económicas de la guerra. Además, el régimen de Franco quedó aislado internacionalmente al finalizar el conflicto, aunque evitó sanciones directas.
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